Cuando la naturaleza le regala a tus ojos algo tan hermoso, sólo se me ocurre corresponderle con unas palabras casi tan bellas:
– Las huellas digitales (Eduardo Galeano, El libro de los abrazos) –
“Yo nací y crecí bajo las estrellas de la Cruz del Sur. Vaya donde vaya, ellas me persiguen. Bajo la cruz del sur, cruz de fulgores, yo voy viviendo las estaciones de mi suerte.
No tengo ningún dios. Si lo tuviera, le pediría que no me deje llegar a la muerte: no todavía. Mucho me falta andar. Hay lunas a las que todavía no ladré y soles en los que todavía no me incendié. Todavía no me sumergí en todos los mares de este mundo, que dicen que son siete, ni en todos los ríos del Paraíso, que dicen que son cuatro.
En Montevideo hay un niño que explica:
– Yo no quiero morirme nunca, porque quiero jugar siempre.”
Magnífico blog: imágenes maravillosas, textos que son poesía. Hay que reivindicar y tomar partido por la poesía de las palabras, de las imágenes, por el misterio del mundo en la gente, lo mineral, el hielo, los cielos… Hemos llegado a un punto en que la tarea fundamental no es hacer más inteligible el mundo, sino hacerlo más enigmático, más irreductible, fabular su misterio, su ambivalencia y su alteridad radical, como dijo Jean Baudrillard.
Felicidades por tu trabajo y un fuerte abrazo!!
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Muchas gracias, Alberto!! Perdona el retraso en contestarte pero he estado fuera. Algunas de las entradas intentan transmitir sensaciones que tu conoces perfectamente porque las has vivido. Te animo a que retomes tu blog y nos ilumines con tu erudición. Un fuerte abrazo!!!
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