“En ciertos pueblos perdidos en las montañas de Guatemala, manos anónimas crean los muñequitos “kitapenas”.
Ellos son un santo remedio contra las preocupaciones: despreocupan a los preocupados y los salvan del insomnio.
Los muñequitos quitapenas no dicen nada. Ellos curan escuchando. Agazapados bajo la almohada, escuchan los pesares y los penares, las dudas y las deudas, tormentos que acosan el dormir humano, y mágicamente se los llevan lejos, muy lejos, al secreto lugar donde ninguna noche es enemiga.”
Eduardo Galeano («Los hijos de los días», cuento correspondiente al día 6 de Abril)