Mi receta para 2015

Esta es mi receta para 2015. Es un guiso muy básico, ya que soy de los que piensa  que en la sencillez brilla la elegancia natural. Os deseo que encontréis todos los ingredientes a lo largo del año y podáis cocinarlos en la justa medida, siempre a vuestro gusto, por supuesto.:

La base del plato es Salud. Disponer de ella es fundamentalmente una cuestión de suerte. Si no os queda en casa es difícil encontrarla en el mercado. En estas fechas está prácticamente agotada en todos los sitios. En ese caso, poned en su lugar una base de fuerza interior para resistir hasta que os la devuelvan. No os lo he dicho, pero esta receta no sólo es cocina. Es, además, un hechizo.  Así pues, removed la base a fuego lento y recitad: “Vive y resiste”.

Si hay un ingrediente difícil de conseguir es Felicidad. No porque no exista, sino porque es complicada de reconocer. Puedes tenerla en la estantería y no reparar en ella. Las pocas personas que conozco que la muestran de forma continua se caracterizan por cierta simpleza interior. Por tanto, a menos que seáis un percebe, no esperéis encontrar suficiente cantidad para que llene el plato por ella misma. La buena noticia es que unos pequeños toques de Felicidad hacen que el plato funcione, incluso si le falta alguno de los otros ingredientes. Arrojad, pues, tres pizquitas y entonad: “Me quiero”.

Amor es el alma de este plato. Todo lo demás le da cuerpo, pero el Amor le da sabor. No vale un amor cualquiera, tiene que ser ese amor. Si tenéis en casa, no lo gastéis todo en un solo año. Si no tenéis, no lo busquéis, él os encontrará. Añadid tres cucharadas soperas y decidle mirándole a los ojos:“Te amo”.

El Sexo es el condimento por excelencia. Sin él, esta receta funciona, pero, lo admito, queda un poco sosa. Eso sí, en mis recetas recomiendo que echéis sexo del bueno y no la chapuza autocomplaciente y rutinaria a la que habéis acostumbrado a vuestros comensales. Venga, destapad el tarrito de las esencias y echad un poco (tampoco os paséis, que os conozco) y, mientras, susurradle al oído: “Te deseo”.

En último lugar, pero no menos importante: Todo lo anterior debe estar espolvoreado de Valentía. Para luchar por lo que queréis. Para que cambiéis lo que no os gusta. Para que seáis desobedientes ante todo lo que insulte vuestra conciencia. Este encantamiento se completa gritando. Gritando bien alto:“No!!”, la palabra más difícil de aprender del mundo, sea cual sea el idioma.

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